La huella ecológica es un indicador para conocer el grado de impacto de la sociedad sobre el medio ambiente.
Esta herramienta determina cuánto espacio terrestre y marino se necesita para producir todos los recursos y bienes que se consumen, así como la superficie para absorber los desechos que se generan, usando la tecnología actual.
La huella ecológica de cada ser humano es de 2.7 hectáreas. Sin embargo, nuestro planeta es capaz de otorgar a cada habitante cerca de 1.8 hectáreas. Esta diferencia indica que utilizamos más espacio para cubrir nuestras necesidades de lo que el planeta puede ofrecer.
La huella ecológica calculada en 2006 fue de cerca de 3.4 hectáreas por persona. Estamos en el grupo de países con déficit y ocupamos el lugar 46 entre las mayores en el mundo.
Las actividades que más han repercutido en el crecimiento de la huella ecológica mundial son la quema de combustibles fósiles, la agricultura y la ganadería.
Ante este panorama, es importante el uso sustentable de los recursos naturales y del medio ambiente, entre otras muchas acciones.
La reducción de contaminación en comparación con un relleno sanitario es significativa. Nuestra planta logra una reducción de emisiones de GEI de aproximadamente un 85% menos de CO₂ equivalente, un control de lixiviados con una disminución de entre el 90 y 95% de lixiviados contaminantes, y una reducción de residuos finales acumulados de alrededor del 80%, optimizando además el uso de combustibles y energías limpias para reducir efectivamente el impacto ambiental.