Las energías renovables son un tipo de energía derivada de fuentes naturales que llegan a reponerse más rápido de lo que pueden consumirse. Ejemplos de estas fuentes son la luz solar y el viento; estas fuentes se renuevan continuamente. Las fuentes de energía renovable abundan y se encuentran en cualquier entorno.
Por el contrario, los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, constituyen fuentes de energía no renovables que tardan cientos de millones de años en formarse. Los combustibles fósiles generan energía al quemarse, lo que provoca emisiones dañinas en forma de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono.
La generación de energías renovables produce muchas menos emisiones que la quema de combustibles fósiles. La transición de los combustibles fósiles, que actualmente representan la mayor parte de las emisiones, hacia energías renovables es fundamental para abordar la crisis producida por el cambio climático.
En Natspace, trabajamos en la generación de energías limpias a través de tecnologías aplicables a energías renovables y bioenergía.
Hoy en día, la producción de basura mundial supera la cifra de 5,500,000 toneladas por día, lo cual no sólo es un gran problema de contaminación para los acuíferos, el océano y la atmósfera, sino que también está relacionado con la proliferación de plagas y enfermedades infecciosas y cancerígenas. Por ello, en Natspace nos esforzamos en ofrecer tecnologías que permitan la transformación de esa basura en energías limpias, erradicando las problemáticas que los residuos urbanos generan y obteniendo energías que cuidan el medio ambiente.
Estas tecnologías favorecen enormemente al planeta y a todos los seres vivos que lo habitamos, ya que, si bien la conciencia social sobre esta problemática no es unánime, nos afecta indiscriminadamente a todos por igual y de manera creciente para las próximas generaciones.
La basura se ha transformado, de alguna manera simbólica, en un recurso renovable, ya que se genera más rápido de lo que se destruye. Esto nos da la pauta de que generar energías no contaminantes, utilizando la basura como materia prima, es sin duda una idea sumamente inteligente.
La reducción de contaminación en comparación con un relleno sanitario es significativa. Nuestra planta logra una reducción de emisiones de GEI de aproximadamente un 85% menos de CO₂ equivalente, un control de lixiviados con una disminución de entre el 90 y 95% de lixiviados contaminantes, y una reducción de residuos finales acumulados de alrededor del 80%, optimizando además el uso de combustibles y energías limpias para reducir efectivamente el impacto ambiental.